O valor político do inútil

Abstract

Mediante las experiencias con el movimiento estudiantil, programas y proyectos de extensión universitaria, con objetivos políticos y sociales, empecé a cuestionarme sobre la vitalidad de espacios artísticos y poéticos en organizaciones políticas. A partir de esto, puedo decir que siento que estos espacios se incorporan de manera diferente en diferentes organizaciones políticas y es sobre el lugar que estas obras ocupan que me pregunto aquí, por observar muchas veces una relación utilitaria con el arte y pocas veces con la comprensión de su causa en sí. Creyendo que en estos espacios de carácter político se vive una constante urgencia de demandas estratégicas, tácticas, enfrentamientos y soluciones de necesidades básicas de supervivencia, supongo que estos espacios artísticos terminan colocados en segundo plano prioritario y me propongo a cuestionar esta realidad. Cuestionar que se nota en este mundo capitalista, la aprensión del tiempo aiónico por deseos cronotípicos y que en movimientos sociales con base izquierdista como los que interactué, sorprendentemente, la misma lógica de aprensión se aplica. Los momentos de suspensión del tiempo productivo también son tomados por la razón y la objetividad para construir un proyecto contra-hegemónico para el futuro. Cantar, bailar, actuar, no aparece con un fin en sí mismo sino como herramientas de un propósito. Cuestionando esta realidad propongo esta reflexión sobre la (in)utilidad de estas obras artísticas, que se destacan en estos espacios, valorando su condición de inutilidad. Entiendo este estudio como un escrito de una experiencia, desde la experiencia y a veces, sobre la experiencia de enfrentar los temas que se abordan y cabe compartir que, como una forma de organizar esta experiencia, tengo un par de puntos que están configurados en capítulos. El primer esfuerzo es la presentación del milagro de Caná como una introducción al problema de la temporalidad y la productividad. El segundo es un estudio sobre el tiempo y su configuración. El tercer dice de lo que quiero llamar de "inútil" a partir de sus características de gratuidad y utopia y, por último, el cuarto dice su valor político. Estos esfuerzos conducen a la defensa de los valores políticos de la inutilidad, señalando que él inútil necesita ser sagrado, para que la suspensión del trabajo sirva a sí y no al trabajo; él inútil necesita ser gratuito, para que el presente no sea colonizado en deuda con el futuro; él inútil tiene que ser utópico y poético, para que proteja un espacio de indeterminación imposible de obtener por el sistema capitalista, incalculable y abierto a la felicidad.